Sydney Opera House
La Opera House está construida sobre una pequeña península del lado sur de la bahía de Sydney.
En una zona de parques de la ciudad, donde se levantan edificios de oficinas.
El proyecto, que ganó el primer premio del concurso internacional, es un
ejemplo de edificio emblemático, puesto
que ha llegado a constituirse en la señal de identidad de todo un país. Su
peculiar perfil ha servido de logotipo para las campañas turísticas
promocionales de Sydney e incluso para los juegos olímpicos.
La construcción consta de dos elementos claramente
diferenciados. Una base maciza y unas
cubiertas sobre ella de aspecto ligero. La
primera es, de hecho, el edificio propiamente dicho y distribuye todos
los espacios de servicio: camerinos, salas de ensayo, almacenes, oficinas y
biblioteca. Está concebido como un zócalo para la cubierta superior, pero
también se ha interpretado como una gran meseta elevada sobre la que se “sirve”
el espectáculo, y su plano superior, completamente horizontal, sólo se rompe
para conformar las gradas del público de las dos salas –una para ópera y otra
para conciertos- y para permitir el
acceso puntual desde debajo por escaleras.
La otra parte del edificio, la cubierta, consiste en una serie de conchas triangulares apoyadas en un vértice y abiertas hacia arriba
como retando a la estabilidad. Estas conchas cubren los tres espacios de concurrencia
pública: el teatro de ópera, el auditorio para conciertos y el restaurante. Cada
una de las salas se cubre con cuatro parejas de valvas y el restaurante con dos
parejas.
Los espacios cubiertos por las conchas blancas, se cierran
con unos muros acristalados que tienen una estructura autónoma. El diseño de
estas cristaleras mantiene la idea de caparazones libres de la cubierta, con lo
que no se pierde el dinamismo buscado y la visión desde el interior permite
entender la envergadura de estos caparazones y sus límites.
Las salas de conciertos y el teatro de ópera tienen una
cubierta propia, independiente y su diseño se ajusta a los requerimientos
acústicos y visuales que necesitan estas actividades. El modelo fotografiado
muestra este doble recubrimiento del edificio.
En 2007, fue declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO.
La forma esférica representó la síntesis entre la ecuación
simple y la libertad compositiva. La esfera es la superficie curva tridimensional
más sencilla de controlar geométricamente,
su curvatura es uniforme en todos sus puntos y la combinación de fragmentos
puede ser muy rica en posibilidades. El planteamiento estructural de las cubiertas consistía en unas vigas en abanico,
apoyadas en un punto y abiertas en la cumbrera y su trazado sería el de los
meridianos de la esfera, con lo que esta línea que las define tendría para
todas las vigas el mismo radio: 460 pies.
No hay comentarios:
Publicar un comentario